"El felino dormido" poemario galardonado con el premio Paul-Becket 2004.
Mis calles, las de a diario, me hicieron vagabundo, morador aterido de sus noches, perplejo en el transcurrir de sus mañanas claras, navegante sin rey en los charcos de lluvia. Pero sí, devoré en la maleza de sus plazas las naranjas y todas las limosnas, por no hablar del zumbido de aire o el travieso despertador de todas sus mentiras, la quimera de vida reptando a las cloacas, los ancianos con futuros pasajes a la tierra de nadie. Errante, más errante que los pasos de baile de los civilizados, abriendo corazones como ventanas rojas. Sorteando esos coches dibujados de un trazo. Vagabundo cargando con mi vida. No me refiero a esta edad ni a aquella otra, todo el tiempo, mi tiempo, se ha cubierto de la sinrazón de sus calzadas, aceras ebrias, pulso de las miradas sin reflejo. Mi tiempo, esa hoja muerta. Y ahora, el caballero sin caballo, os cede su casa sin tejado, el barrio de los barrios, y por sólo unas monedas regala la ficción de su otra luna.
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