Presentación del poemario Cine negro.

La casa recibe a los coroneles de la mafia. Son cocodrilos,

venidos a llorar al padrino asesinado por la vejez,

incorruptible enemiga.

Miramos desde lejos,

pero sin intervenir en la tristeza.

La hipocresía besa

y firma sentencias de muerte. Una guerra no declarada

sustituirá los mocasines por zapatos de cemento. Será mañana

cuando los gusanos se nutran del poder.

Llueve y la lluvia moja los velos de viuda, hermanas,

hijas y nietas.  Los revólveres sacrifican su canto

desesperado, humillados ante el Ave María.

Polvo al polvo y putas tristes en algún rincón

y una cruz de flores

y un cura sin piedad y sin parroquia.

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